Resulta ser que cierto dia, los socios de la oficina decidieron comprar un escritorio de maderas finísimas a un humilde servidor. Tiempo después se decretó que el piso debería de ser de duela igualmente de madera y no sucedaneos. Hasta aquí todo bien.
Ha poco decidimos que yo dejaba el escritorio para cederlo a un prestigiado arquitecto, al tiempo en que se manufacturaba otro para mi. Pues bien, así las cosas, el nuevo escritorio llegó el pasado sabado. El costoso escritorio habría de subiirlo a un segundo nivel. Se trató de desarmar, pero ante la renuencia del mueble decidimos moverlo completo. Justo antes de comenzar a subir la escalera con la pesada carga, aquel escritorio de algunos miles de pesos se desarmó escapándo de las manos de los cuatro cargantes y colisionando el fino piso tambien de maderas preciosas provocando en el grandes y funestas hendiduras mientras por el ambiente volaban infinitas astillas y tornillos por doquier mientras todos nos mirábamos con torva faz y silencio aterrador.
Para suerte de todos los socios no se encontraban en el lugar de los hechos, pero el daño era evidente. Rápidamente el carpintero se dió a las labores de enderazado y pintura propias de un artista, el mueble quedo como nuevo; mejorado, y el piso resanado casi de forma perfecta.
Sorprendente el cambio del antes y despúes. No me atreví siquiera a tomar fotos, pues mi ánimo era contrario a esta moción. Cuando aparentemente todo estaba perdido (incluyendo nuestro empleo y vidas) todo tuvo compostura
Por otra parte y en otro orden de ideas, quiero dejar constancia en este espacio0 que hoy pude correr 4 k sin la molestia de la lesión de la rodilla; despues de tres meses de espera ya estaba deseperado. Agradezco profundamente a Dios este placer. Y lo escribo, para que cuando vea el blog, recuerde lo agradecido que Le estoy aunque ya lo sabe, pues se lo dije por la mañana y se lo repetiré en la tarde que hable con El.
ea! por hoy