Suficiente de Res

Ayer a partir de las 2:00 p.m. la actividad laboral consistió en sentarse a la mesa a degustar una deliciosa barbacoa y unas frías cervezas. No es la primera vez que se hace esto, de hecho se ha convertido en una casi tradición. Con forme transcurría el tiempo y las cervezas, el ambiente se fue aligerando y las verdades fueron saliendo. Fueron buenos y divertidos momentos. Al momento de la despedida, uno de los socios me tomó de la cabeza y me dio dos besos. Por una parte agradecía una clara muestra de aprecio, pero por otra estaba muerto de vergüenza, pues estaba todo el mundo presente. Este tipo de manifestaciones y despedidas son habituales. De la barbacoa anterior salí siendo “hermano” de un inspector de AYD a quién no conocía y no he vuelto a ver desde entonces.

Por la noche, carne asada con Chuy. Si los momentos precedentes fueron buenos, estos lo fueron mejores. Reconozco públicamente que llegue especialmente contento, pero definitivamente la música y el ambiente era mucho más acogedor. Buenas memorias no?