Nunca me ha dado por los actos vandálicos, el pintar paredes, la piromanía (salvo por los pinos secos después de navidad, pero ya está superado) o la experiemntación con animales. Sin embargo, hay una particular tentacíón a la que nunca me he podido resistir: el cemento fresco.
No sé que tiene de particular, pero donde lo hay llama a gritos. Quizá el saber que en cuanto seque quedará ahí para siempre; no lo sé.
6 comments:
Ya ves lo que dice la canción:
"grabe en la penca de un maguey tu nombre(...)
como una prueba ante la ley del monte (...)"
No es un acto vandálico; es un acto de reafirmación. Es decir: "Estoy aquí y no le temo al Estado megalómano que quiere imponerme leyes estúpidas".
Todos tenemos una pizca de egocentrismo ahí dentro, escondidita, y a veces tiene que salir a la superficie de algún modo.Ese "soy yo y aquí he estado" simpre sucede en algún momento de nuestra vida y en algún lugar. Confieso que en la Bretaña Francesa, en un pueblecito modesto, descansa mi nombre en una marquesina de una vieja estación de trenes.
Hola Robert!!
Esta bien!..... solo te faltó poner el muñequito que está de tu lado derecho en la entrada de tu blog, se vería genial completo,(como en tu blog) para la próxima tentación del concreto!!
Un beso!!!
yo siempre que voy a la parada del camión me fijo en las mismas huellas sobre el cemento de un perro... me hacen el día jaja
nuuunca he tenido chance de arruinar, o "arreglar" un poco de cemento fresco.. ojalá se me haga pronto.
Yo te mato si me hacés eso...en mi cemento!!!!! :)))))))))))
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