Monday, October 31, 2005

Aventuras Policiacas

Hoy hablando con “la rorra” para una cuestión de seguros hemos recordado esta vivencia juvenil que me ha hecho reír. Te cuento:

Un día nos encontrábamos en Sillares Efraín, la rorra, tony, Fernando, y no recuerdo quién más. El plan era pernoctar ahí, pero por nuestra buena conducta, “big brohter” nos corrió.

Obvio que no regresaríamos a nuestras casas, así que optamos por dar el roll. Fuimos al centrito valle, en donde circulaba gente con los más variados y divertidos disfraces. Después de observar un rato y hacer algunas bromas, salimos hacia un mirador en Colorines. Ahí permanecimos un rato entre bromas y risas, hasta que llegó la ra. Se bajo el oficial y nos comunicó que se habían quejado que estábamos tomando y haciendo mucho ruido. El oficial revisó el suelo y nuestras manos buscando las bebidas embriagantes. Nos pusó el alcolímetro, al no encontrar nada, revisó el carro. Todo bien hasta el momento. Hasta que dijo:

Poli - abre la cajuela.
Rbpr – (viendo a la rorra) ssssssss… la cajuela.
Rorra - (viedo al poli) no, oficial no traemos nada.

Los ojos del poli se abrieron de manera espectacular, una sonrisa macabra se dibujo en su rostro, no sé qué esperaba encontrar… algún cadáver, armas de alto calibre, sustancias exóticas o simples cheves, pero vaya que le cambió la cara.

Poli – (tono imperativo) Abre!!!
Es - en serio oficial no traemos nada.
Poli – (poco desesperado) Abre ya!!!

La rorra le abrió y la cajuela vacía del todo… ni llanta, ni herramienta, ni nada… no había nada. Explosión de carcajadas. Con las risas de todos, la cara antes descrita del oficial pronto se desfiguró. Los ojos volvieron a su tamaño habitual, sus dientes se apretaron emitiendo rechinidos, su ceño se frunció. Se subió a la ra y se fué rápidamente profiriendo amenazas. Reímos mucho por un buen rato (al igual que hoy).

Inmadurez… ojalá nunca desaparezca.

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