Reconciliación

Esté fin de semana sucedió algo que hacia tiempo no ocurría. Me entregue por varias horas a la lectura. Me deje hundir en un sillón, único sitio bien iluminado por luz natural en la esquina de la oscura sala. Me dejé absorber por las letras, por la descripción, por la crónica de una vida.

Pero no es de esto de lo que quiero escribir hoy. Esa lectura me llevó a resolver algunos dilemas que se me venían presentando desde hacia tiempo. Dilemas denominados nudos mentales. Resulta ser que hasta hace poco estaba completamente convencido que “el idealismo” era la cosa más absurda que podía existir, que en esta vida; o se es pragmático o no se es. Veía y despreciaba a los idealistas como “ilusos soñadores”. Pues señores, estaba en el error. Aquel día por la noche caí en cuenta que los grandes personajes que han pasado a la historia han sido grandes idealistas, pero a la vez pragmáticos. Idealistas que han sabido traducir en obras aquellos que tanto idean y “sueñan”.

Así las cosas, me he reconciliado con “el idealismo” en versión aplicable. Y no es que me interese el pasar a las páginas de la historia, o el vivir con reflectores. No lo necesito y no lo quiero.

PD: copio un mail que me alegro el día: “Ya fuimos, hicimos cumbre el 7. Comoquiera si van a ir me avisan, igual y me apunto otra vez...” Felicitaciones a Los Ordoñez y a Mauricio por este logro.