Friday, October 07, 2005

GOTCHA urbano

Zorro, Bravo. Auténticas claves de guerra.

Me acaban de invitar a contribuir en una guerrilla. El campo de batalla será un pueblillo abandonado a la entrada del Jonuco. Al recibir la notificación, dentro de mi una extraña sensación invadió todo mi ser. Realmente es algo que sucede con frecuencia cuando se presentan estos conflictos bélicos. Un intenso impulso me impide rehuir la confrontación.

Aun recuerdo mi primera participación en este tipo de contiendas bélicas. Fue a los 11 años, en la fiesta de Pablillo (el frijol pa la raza). Nuestras armas: las incipientes PGP que se alcanzaba a divisar la trayectoria del proyectil. Al ver las armas de los oponentes, subametrayadoras (10 tiros por segundo!). Me sentí como Dios me trajo al mundo. Inició el combate. Tras los primeros estruendos de los disparos, y los proyectiles silbantes que nos sucedían, un intenso miedo paralizante, la imposibilidad de ver, pues la careta, toda ella se empaño y a la impotencia fruto de estar escasamente armado, me movió a optar, junto con Iñigo, salir del campo y dedicarnos a practicar puntería. Para mi sorpresa, nos topamos a muchos otros desertores.

No se que sea, pero cada enfrentamiento trae un sensación indescriptible, avasalladora, adrenalina, emoción, estrategia. En cada combate se funde el ardor de la batalla y la frialdad de pensamiento y estrategia.

Sin embargo no deja de ser un juego (muy emocionante). Cuan triste es la guerra real. Destrucción, desolación, miseria, tal parece que el hombre en el transcurso del tiempo se ha vuelto un verdadero experto en impartir la muerte. Esto no sería posible si no se hubiese perdido el concepto de persona.

2 comments:

a.o. said...

Tienes razón! Y además me gustó la entrada.

Deja la Administración y vámonos a Kamchatka a escribir.

Chuy Santos said...

Yo voy..